A todas las personas nos gusta sentirnos bien, sentirnos queridos y ser tratados con gestos amables y de forma asertiva. Sentimos placer cuando llegamos a cualquier lugar y nos tratan bien, nos reciben con un cordial saludo, nos regalan un gesto de bienvenida. Y, sobre todo, cuando nos ofrecen una gran sonrisa (ya sea en el avión, en la terminal del aeropuerto o en cualquier otro espacio).
La forma que tenemos de expresarnos, de comunicarnos y de tratar a los demás, es el gran espejo de cómo nos sentimos, tratamos y valoramos a nosotros mismos. Por eso, el grado de autoestima y el concepto que tengamos de nosotros mismos, esta muy relacionado con la manera de relacionarnos con las personas. Cuanto mayor sea este grado, mejor será lo que puedas ofrecer a la cantidad de seres que nos rodean en el mundo de la aviación.
La sonrisa puede ser la curva más hermosa que delimita el acercamiento con la otra persona, transmitiendo confianza, alegría, amabilidad y una sensación de compañía. Todo ello hace sentir a la otra persona que no está sola en el camino.
Personalmente, en mi puesto de trabajo como tripulante de cabina de pasajeros, considero la sonrisa como pieza fundamental a colocar en mí todas las mañanas. Antes de salir de casa para volar, siempre les digo a mis seres queridos que la considero un elemento más de la uniformidad. Cuántas personas son las que acceden al avión y sienten miedo a volar, están perdidas, nerviosas… y, solo con ofrecerles una gran sonrisa de bienvenida y un gesto agradable en el vuelo, puede hacer que todas esas inseguridades y miedos se disipen instantáneamente.
Que el pasajero se sienta cómodo a bordo, que sea bien recibido y que tenga un vuelo agradable, es una de las cosas importantes para mí en esta profesión. En cualquier caso, lo más importante es velar por la seguridad del pasajero.
«Cada vez que sonríes a un pasajero, es un regalo para esa persona, es algo hermoso y gratuito, es optimismo, es alegría, es por tanto un arma muy poderosa«
¿Cuántas sonrisas somos capaces de ofrecer a los demás al cabo del día en el avión?
Pienso realmente que afrontar cada día el trabajo con una actitud positiva, ilusión y motivación es una parte fundamental para que el trabajo salga adelante. Así, el ambiente en cabina con la tripulación se mejora y la relación con el pasajero sea especial.
No olvides que la vida está hecha para brillar, y que mejor que comenzar con una gran sonrisa, siendo un puente perfecto para establecer una primera impresión y comunicación.